EL INICIO DE UNA NUEVA VIDA

jubilado

Aquella mañana, tras ducharse y afeitarse concienzudamente, se dispuso a recorrer por última vez el camino hacia su lugar de trabajo. Durante cuarenta años, Manuel había trabajado en aquella residencia de ancianos; primero como electricista, luego como celador y, finalmente, como jardinero. Hoy llegaba el día de su retirada, de su descanso.

Al llegar a la residencia, se acercó a ver a Luisa, de admisiones.

–      Buenos días, Luisa.

–      ¡Hola, Manuel! ¿Qué tal se siente uno en su último día de trabajo?

–      Pues…, no lo sé. Supongo que es sólo un día más.

–      Bueno, y ¿qué te trae por aquí?

–      Verás… Yo…, quería una habitación…, para mí.

Y una sonrisa iluminó aquel viejo rostro.