REFLEXIONES DIARIAS (VIII)

Cada mañana, María se miraba en el espejo, pensando cómo había desaparecido aquella Miss Costa Blanca de 1995. Lentamente, se vestía con su ropa de cajera y marchaba al supermercado.

A la misma hora, Javier se acicalaba y perfumaba, deseando que, por fin, aquella cajera se fijara en un cliente que todas las mañanas compraba comida preparada… para dos.

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UNA REINA REAL

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Aún recordaba sus palabras: “Cuando nos casemos, vas a vivir como una reina…” Pero el hechizo duró bien poco. Su reino se limitó a una lúgubre casa de 30 m2 y a un rey-consorte que alternaba las borracheras con las palizas.

Un buen día, nuestra reina decidió poner fin a su reinado y, reuniendo en una pequeña bolsa sus pertenencias y su valor, se escapó de aquel infierno.

Ahora, nuestra reina trabaja de cajera en un supermercado, ha dejado su reino atrás y trata de rehacer su vida. Podrás reconocerla por el majestuoso brillo de sus ojos, por la realeza de sus gestos y, sobre todo, porque es la única reina que mira atrás en cada esquina…